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Capítulo 8: Reencuentro con lo sobrenatural

Poco a poco fui abriendo mis ojos, despertado de mi relajante sueño por el sonido de un timbre que era provocado por un despertador el cual me indicaba que si no me levantaba iba a llegar tarde a esa cárcel de menores a la llaman academia o también llamada preparatoria de la cual aun no sabía ni como se llamaba ya que mi importaba un rábano, alcé mi mano para después golpear suavemente mi despertador para que dejara de molestarme con su ruido. El sagrado domingo de descanso había pasado sucedido por el tormentoso lunes de trabajo, eso era lo único que se me venía a la mente mientras me alistaba para hacer lo mismo de todas las mañanas, primero vestirme y luego dirigirme hacia el café Abukara para acompañar a la señora Kokona y a Karen en el desayuno, cuando esta junto a ellas sentía una energía que ambas irradiaban en sus sonrisas que hacían que dejara de sentir la monotonía de todas las mañanas. Y al igual que todos los días, caminaba junto con Karen hacia la academia.

Yo me encontraba desanimado, caminaba con gran desgano y bostezaba mostrando aun mi cansancio o mejor dicho flojera.

- Pero que sueño que tengo, cómo quisiera al menos poder llevarme mi almohada para cómodamente fingir que pongo atención en clases.

Karen se mostro algo molesta con mi comentario.

- ¿Qué quieres decir con fingir que pones atención en clases?, sabes muy bien que si no haces no entenderás nada.

- Igualmente aunque me esfuerce por poner atención a lo que diga el profesor no le entiendo ni un pito, además siempre he sido así, pocas veces lograba entender algo de los que mis profesores enseñaban y pasaba de grado con gran dificultad y creo que por eso nunca entendía nada ya que como no aprendía nada en el grado anterior el siguiente grado sería mucho peor, pero aun así lograba pasar de grado por puro milagro. Además ahora al menos mejoré en algo, te aseguro que si no fuera por las clases privadas que me das estaría totalmente perdido.

- No son clases privadas, se llaman sesiones de estudio.

- Bueno para mí son clases privadas que tú me das ya que mayormente es así como nos la pasamos, yo no entiendo algo y tú me ayudas hasta que lo entienda, después no entiendo otro tema y de nuevo me ayudas y así es como nos pasamos todo el tiempo, por eso digo que son clases privadas porque más que una compañera de estudio parece que fueras mi docente privado.

Ella mostro en su rostro una sonrisa que claramente había sido provocada por mis palabras.

- (n.n) No exageres, aunque me vaya bien en mis estudios no creo que llegué al mismo nivel que un profesor.

- Emmm, no me refería a eso, me refería a que cuando tú me explicas algún tema me resulta más fácil entenderlo que cuando lo hace nuestro profesor en clase y créeme que difícilmente un profesor me hizo aprender un tema con tanta facilidad como tú lo haces, por eso creo que serias una extraordinaria docente ya que eres la única con la que pude aprender con tanta facilidad.

Karen abrió más sus ojos y de un momento a otro desvió su vista a otro lugar mientras yo la miraba preguntándome el porqué de su reacción.

- ¿Oye, te sucede algo?, emmm ¿tal vez te molesto algo que dije?

- N-No te preocupes, no me pasa nada, es solo queee

- ¿Qué cosa?

- Na-Nada.

Continuábamos caminando mientras Karen mantenía su mirada apartada de mí como si no quisiera verme, no parecía estar molesta y eso hacía que me preguntara.

“¿Y a esta, que le pasa?

Cada vez me sentía más incomodo caminando de esa forma con ella así que para terminar con eso decidí hablar de la primera cosa que se me viniera a la mente.

- Karen, una pregunta ¿por qué ustedes los japoneses se sientan de una forma tan extraña?

Con esa pregunta logré que Karen me volviera a mirar y comenzara a hablarme igual que siempre.

-  ¿extraña?, creo que no te entiendo muy bien.

-  Me refiero a esa forma de sentarse que tienen, cuando se arrodillan y pegan la parte trasera en los talones.

-  ¿Te refieres al Seiza?

-  ¿Y qué rayos es eso?

-  Es la forma tradicional de sentarse en Japón.

-  Si lo que sea, lo que quisiera saber es que si ¿no les incomoda estar sentados de esa forma?, porque para mí sí que parece incomodo.

-  Bueno, ya que tu eres extranjero es comprensible que te parezca incomodo y extraño pero cuando te acostumbras se vuelve tan normal como llevar ropa.

-  Ustedes los japoneses sí que son muy complicados.

- ¿Por qué dices eso?

-  Tienen una forma especial para sentarse, usan ohashis (palillos chinos) cuando podrían usar cubiertos para comer, antes de entrar a la academia obligan a los estudiantes a cambiarse de zapatos y lo más molesto es que las horas de estudio de sus academias terminan mucho después del mediodía.

- Estas exagerando demasiado, hablas como si el horario de estudio que tenemos fuera algo anormal, ¿acaso el horario de tu escuela no era el mismo?

- No, en donde yo vivía ingresábamos a las 7:30 am y salíamos a las 12:45pm.

Karen abrió su boca para hablar pero no lo hizo, en lugar de eso empezó a cerrar sus labios lentamente mientras desviaba la dirección a donde apuntaba sus ojos como si estuviera analizando algo, de nuevo tenía su vista fijaba mí y mostrando duda en su rostro me preguntó.

-  ¿Ya recuperaste toda tu memoria?

-  No del todo, acaso no recuerdas que te dije que estaba recuperando mis recuerdos por partes, bueno pues creo que ya logré recuperar la mayoría de mis recuerdos.

Rápidamente ella cambio en la duda de su rostro para mostrarme una cara llena de felicidad.

- (n.n) ¿Enserio?, que buena noticia Masato, pero ¿porqué no nos dijiste nada?

- No creí que fuera algo tan importante.

- Por supuesto que es algo importante, ahora que recuerdas tu pasado también debes recordar donde vives y estoy segura que mi madre estará ansiosa por hacerte preguntas acerca de tu vida, de cómo era el lugar en donde vivías y yo también quisiera preguntarte algunas cosas.

- Bien, responderé a tus preguntas, pero que sea en otro momento que ahora no quisiera sentirme presionado.

- (n.n) Está bien.

Continuamos caminando hacia la academia mientras yo pensaba en cómo responder a las futuras preguntas que recibiría departe de Karen y la señora Kokona, como no les podía decir que provenía de otra dimensión  tenía que crear alguna historia para explicarles que no tengo ninguna clase de familiar aquí en Japón.

Llegamos a la academia, y al igual que siempre fuimos a nuestro salón para sentarnos y esperar a que pasen las aburridas clases. Al llegar la hora del receso  rápidamente salí del salón a cubrir una de mis necesidades básicas, después eso caminé hacia la cafetería para luego encontrarme con Karen quien traía dos Ben-tos que habían sido preparados por la señora Kokona, al principio no sabía qué cosa era eso pero luego ella me explico que Ben-to es una ración de comida sencilla preparada para llevar, empezamos a comer y como siempre tenía cierta dificultad para comer con los palillos chinos que aquí en Japón  lo llaman OHASHI. Cuando cogía algo con aquellos palillos antes de llevármelo a la boca era muy cuidadoso para que no se me resbalara y mientras lo hacía Karen me miraba como si lo que yo hiciera fuera algún tipo de espectáculo ya que se divertía mucho cada vez que renegaba porque se me resbalaba la comida de mis palillos. Al terminar con el Ben-to  me aleje de la cafetería para caminar hacia donde sea, estaba aburrido y simplemente caminaba por cualquier parte que se me ocurriera para mirar lo que hacían los demás estudiantes, aunque eso no me divertía para nada al menos me distraía.

Había llegado a una parte de los pasillos que estaba casi deshabitado, en estos pasillos habían ventanas con las que se podían ver la parte trasera de la Academia, me acerque a una de las ventanas a ver unos cuantos arbustos sin nada de especial excepto por un pequeño detalle, me había parecido ver que uno de aquellos arbusto se habían movido, creí que había sido provocado por el viento pero mi teoría quedo descartada cuando vi algo dentro de esas plantas que se se estaba moviendo, fije mi mirada a ese punto y vi a algo peludo de un color gris, un color de piel que me parecía bastante familiar, tenía una idea de lo que podría ser pero quería asegurarme si en verdad era lo que pensaba. Caminando a paso veloz baje las escaleras, al llegar a la salida del edificio me dirigí a mi casillero en el cual se encontraba mi par zapatos que tenía que usar para salir de la academia, rápidamente me cambiaba los zapatos pensando.

“Qué molesto es tener que hacer esto a cada rato solamente para salir y entrar, que les cuesta a los administradores de esta cárcel contratar barrenderos y así nos dejan en paz a los estudiantes con eso de cambiarse los zapatos a cada momento para poder salir y entrar, enserio que los japoneses son raros.”

Al terminar de cambiarme los zapatos me dirigí hacia las parte trasera de la escuela y al llegar empecé a buscar con la mirada en los arbustos pero no veía nada, empezaba a pensar que solamente me había imaginado algo, pero solo para asegurarme me acerqué mas a esos sospechosos arbustos para después abrir las ramas con las manos y encontrar a un cachorro al que ya conocía, me refería al Ayari, el hermano de la mujer espíritu que me ataco hace dos días.

Al abrir completamente las ramas Ayari en su forma de cachorro y yo nos quemaos mirándonos el uno al otro por un tiempo hasta que le dije.

- (O.o) ¿Y tú… que rayos haces aquí?

Al poco rato cerré las ramas de los arbustos y después me senté a un lado de la planta, mire a un lado y a otro para asegurarme de que no había absolutamente nadie viéndome para después decir en voz baja.

- ¿ahora si me puedes decir, que es lo haces aquí?

- …

- Hey, ¿acaso no me oíste?

- Si te oí, pero no debería hablar estando en esta forma, alguien podría oírme.

- No te preocupes, no hay absolutamente nadie a nuestro alrededor, pero si tienes miedo de hablar por estar en esa forma simplemente usa tu forma humana.

- No puedo, mi hermana me dijo que me quedara aquí escondido y por nada use mi forma humana.

- ¿Tu hermana?, ¿ella estudia en esta academia?

- No exactamente, ella esta apunto de inscribirse en esta preparatoria.

- Ya entiendo, ella está haciendo todo ese papeleo y por eso te dijo que te escondieras ya que eres muy niño para estar en una preparatoria.

- Si, ella me dijo que la esperara aquí.

- Pero, no tendrías que ir tú también a una escuela primaria.

- Antes de venir mi hermana me inscribió a una escuela primaria, empiezo a partir de mañana.

- Que extraño creí que se alejarían de cualquier lugar público y que se mantendrías bien escondidos y aislados de cualquier persona.

- No podemos escondernos para siempre, además que  yo y mi hermana seamos espíritus no quiere decir no tengamos necesidades iguales a las de los humanos.

- Creo que tienes razón.

Ayari dirigió su hocico hacia el lado izquierdo y felizmente dijo en voz baja.

- Ya viene.

- ¿Ya viene?, ¿Quién viene?

- Mi hermana.

Dirigí mi mirada hacia el mismo lugar donde Ayari estaba mirando, de la esquina de la edificación apareció la mujer espíritu que me había atacado. Venia acercándose distraída como si su mente estuviera en otro lugar, ni siquiera se daba cuenta que yo estaba junto a su hermano que supuestamente estaba bien escondido, al estar a unos cuantos metros empezó a levantar la cabeza y me encontró a mí el tipo al que había atacado sentado al lado del arbusto en el que su hermano estaba escondido y al darse cuenta de mi presencia me miró sorprendida y por un breve periodo de tiempo quedo se quedó en silencio, luego yo la saludé.

- ¿Hola?

Su boca temblaba y lentamente levantaba su brazo para luego señalarme con su dedo índice y preguntarme.

- T-Tú, ¡¿Qué haces aquí?! , ¡¿Acaso nos estas siguiendo?!

- ¿Siguiendo?,  ¿y porque querría seguir al espíritu que me dejo con un terrible dolor de espalda?

- Ya te pedí disculpa por lo que te hice, pero si esa no es la razón por la estás aquí entonces dime cual es.

- (¬.¬) ¿No se te pudo ocurrir que tal vez yo estudio en esta academia y por eso estoy aquí sentado en la hora del receso?

- ¿Estudias en la academia Yukiko Korunama?

- (O.o)…  ¿Yukiqueee?, ¿de qué rayos estás hablando?

- Yukiko Korunama es el nombre de esta academia, ¿acaso no lo sabías?

- Puessss, no.

La espíritu llamado Yuzuki soltó una pequeña risa al oír mi respuesta y riéndose a un me dijo.

- ¿Cómo es posible que no conozcas el lugar en el que estudias?,

- Bueno, no es que mi importe mucho ese tipo de cosas y ya deja de reírte que no recuerdo haber dicho algún chiste para hacerte reír.

- Lo siento, pero en verdad no puedo creer que haya alguien tan tonto que no pueda recordar ni siquiera el nombre de la Academia en la que estudia.

- “(-.-) OK, eso ya me molesto”, no creo que estés en condiciones de decirme tonto, ya que solo una persona soberanamente torpe no reconocería a un estudiante por más que esté llevando un uniforme, ahora dime ¿Quién es el tonto aquí?

Yuzuki cambio su sonrisa por enfado mientras tanto Ayari dio un suspiro y luego le dijo a su hermana.

- Hermana, ¿sabes?, creo que debiste haberte quedado callada, no eres muy buena para hab..

Antes de que Ayari pudiera terminar su frase su hermana se acercó rápidamente a él para agarrar jalarle las mejillas y preguntarle enfadada.

- ¡¿Qué dijiste Ayarii?!

- Lo siento hermana, eso duele, por favor perdóname.

Yuzuki no se veía dispuesta a soltarlo ya que aun seguía enfadada por lo que le dijo Ayari, pero dejo de hacerlo cuando le dije.

- Oye si haces tanto ruido alguien podría venir y además ¿no se supone que se están escondiendo de esos cazadores?

- Si, ¿porqué lo preguntas?

- ¿Si buscan esconderse porque vienen a un lugar público?, ¿eso no aumentaría las posibilidades de que los encuentren?

- Cuando dije que nos esconderíamos no refería a aislarnos del mundo, me refería a que nos esconderemos entre los humanos como si fuéramos uno más de ellos, eso haría que no nos puedan encontrar tan fácilmente.

- Y por eso elegiste una academia, porque el estar rodeado de tantos estudiantes hará que seas más difícil de notar.

- (n.n) Exacto, (ò.ó)  un momento ¿Por qué te estoy diciendo todo eso a un humano?

- No lo sé, yo solo pregunté y tú me respondiste, además que mas dá si de todas formas ya sé que ustedes son espíritus

- Tienes razón, pero ¿cómo puedo confiar en que no se lo dirás a nadie?

- ¿Qué crees que pasaría si le digo a alguien que fui atacado por un espíritu?, pues que me tildarían de loco y eso no sería para nada agradable así que no tienes que preocuparte porque haga algo como eso porque no lo haría ni aunque estuviera loco.

Mi repuesta hizo que Yuzuki se sintiera más tranquila aunque todavía había algo que no entendía y por lo tanto decidi preguntarle.

- ¿Tu nombre es Yuzuki verdad?

Esa no era la pregunta que quería hacerle, simplemente quería asegurarme de saber bien cuál era su nombre antes de hacer le pregunta que si quería.

- Si. Mi nombre es Yuzuki Nagase y no me llames por mi primer nombre.

- (O.o) ehhh, ¿y eso porqué?

- No te hagas el que no sabes, tú y yo no somos tan íntimos y en ningún momento te he dicho que puedes llamarme por mi primer nombre.

- ¿Llamarte por tu nombre es algo malo?

- Por supuesto ¿Cómo es posible que no lo sepas?

Ayari respondió la pregunta de su hermana diciendo.

- Ahhh, hermana.

- ¿Qué sucede Ayari?.

- El no es japonés, es extranjero.

- Ya veo, eso explica porque no sepa algo tan básico.

“¿Algo tan básico?, ¿Cómo es que Karen y su madre no me dijeron nada al respecto después de llamarlas por sus nombres por tanto tiempo?, tal vez me tuvieron cierta consideración por ser extranjero”

Ahora volviendo a la conversación.

- ¿Y qué es eso tan básico que debería saber?

Esa pregunta me fue respondida por Ayari.

- Aquí en Japón es considerado una falta de respeto llamar a alguien por su nombre, tienes que llamarlo por su apellido amenos que esa persona te dé permiso para que lo puedas llamar por su nombre.

- (¬.¬) La cultura japonesa sí que es estricta, y rara. Entonces solamente  les podré llamar Nagase a los dos amenos que me den su permiso para llamarlos por sus nombres.

- Exacto

Ya había entendido una parte más de la extraña cultura nipona, pero deje eso de lado para dirigir mí vista a Yuzuki, quiero decir a Nagase, no el pequeño cachorro me refiero a la mujer o mejor dicho espíritu.

“Eso del nombre y del apellido sí que es complicado”

Dirigí mi vista hacia ella para preguntarle.

- ¿Y ya sabes en qué clase vas a estar?

- Si, según el director estaré en clase 2-C.

- Vaya vaya, al destino sí que le gusta jugar.

- ¿Porqué dices eso?

- Porque yo estoy  en la clase 2-C.

- (o.o)… ¡¿Queeeeeeee?!

- Hey no hagas tanto ruido que alguien te puede escuchar.

- ¿Ambos estaremos en la misma clase?

- Eso parece, así que de aquí en adelante seremos compañeros de clase señorita Nagase y que no se le olvide llamarme por mi apellido.

- Si esto es una broma, no le veo la gracia.

- Si quisiera hacerte una broma haría algo que en verdad me causara risa, trata de tranquilizarte, no deberías ponerte a pensar tanto en algo que no fue más que una mera coincidencia.

- Creo que tienes razón, esto solo debe ser un coincidencia… ¿Tu nombre es Abukara verdad?

- No exactamente, mi nombre es Masato y me apellido Abukara, pero te recomendaría que me llamaras por mi nombre ya que en nuestra clase hay una chica que también se apellida Abukara.

- ¿Tu hermana?

- No es mi hermana, no tenemos ningún parentesco sanguíneo.

- Pero ambos apellidan Abukara.

- Ahhh bueno eso, eso es una larga historia y no quisiera aburrirlos con eso además no creo que les interese saber sobre mí.

Ella me miro con una sonrisa confiada.

- ( >:-) )Tú sabes mucho sobre nosotros pero nosotros no sabemos casi nada sobre ti Abukara, ¿me gustaría saber qué es lo que hace un extranjero con habilidades sobrehumanas aquí en Japón. Puedes tomarte todo el tiempo que sea necesario, en este momento no tengo nada importante que hacer.

- Emmm, bueno, tú no tienes nada importante que hacer pero, ¿no has pensado en tu hermano?¿tal vez él si tenga algo que hacer?

Lentamente fije mi mirada en Ayari aun convertido en un cachorro con la esperanza de que me salvara de dar un explicación que difícilmente me creerían pero lo que dijo no fue para nada de ayuda.

- La verdad es que yo también quisiera saber más sobre ti.

“(-.-) Muchas gracias Ayari, ¿y ahora que se supone que les voy a decir?, no puedo decirles que un mago me trajo de otra Dimensión, difícilmente me lo creerían, aunque pensándolo mejor ellos son criaturas sobrenaturales, lo que me a mi parezca extraño e imposible para ellos debe ser algo normal, no aun así la forma como llegué a este mundo parece una historia bastante ficticia”.

Me di cuenta que lo mejor será dejar que ellos me hagan preguntas para así no tener que hablar tanto de mi y decirles unas cuantas mentiritas.

- Bien, les contare pero el problema es que no sabría por dónde empezar.

La respuesta que recibí fue dada por Yuzuki.

- Podrías empezar por decirnos de qué país provienes.

“No veo ningún problema con decirles de que país provengo, pero el problema será decirles cómo fue que llegue Japón”

- Bueno, mi país es de Sudamérica y se llama P…

Mis palabras fueron interrumpidas por un sonido que escuche, era un ruido parecido a una pisada junto con un crujido muy cerca de nosotros, para ser más exactos provenía del muro que se encontraba a nuestras espaldas, cuando los tres miramos a ver qué fue lo que provocó ese sonido vimos a un hombre parado sobre el muro sin ninguna dificultad como si bajo sus pies tuviera un piso plano en lugar de un delgado muro. Aquel hombre extraño tenía el cabello color naranja erizado, vestía una camiseta blanca cubierta por un chaleco verde, en la parte inferior vestía uno short con el mismo color de su chaqueta, aquel desconocido levanto su rostro mirándonos con una sonrisa confiada para luego decir riendo.

- Parece que hoy es mi día de suerte, dos espíritus reunidos en un solo lugar. 

“(O.O) ¿Qué fue lo que dijo?, ¿cómo supo que Yuzuki y Ayari eran Espíritus?, ¿tal vez… él es uno de esos tipos a los que llaman cazadores? Parece que va haber problemas.”

Avances  
  En estos momentos estoy trabajando en el capitulo 2 de PivCity  
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